14 mar 2007

El recebo

Espero que me perdonéis si no cuento mucho sobre el argumento; soy bastante maniático en ese aspecto, y me gusta que el espectador vaya conociendo los detalles de la historia a medida que se le van presentando. También me ocurre lo mismo a la inversa, por eso no dejo a mis conocidos que me cuenten detalles de las películas que voy a ir a ver, e incluso evito sus trailers, algunos delatores y otros engañantes. Considero que cualquier obra de transmisión lineal de su contenido está someramente cuidada por su autor para ir produciendo pensamientos, sensaciones y emociones en el espectador, lector, oyente, etc., en un orden lo suficientemente establecido como para no respetar ese trabajo (pero eso me pasa a mí, por eso no descarto hacer los correspondientes trailers a mis cortos, para que los sufráis vosotros, que sois unos comepantallas del 16:9).

Por ahora solo os adelantaré que es un relato de corte dramático, y punto de reflexión final, sobre algo que le ocurre a una familia, con hijo y perro. La historia fue parida de una idea que me aportó mi amiga Belén hace poco más de un año mientras, entre tinto y tinto y en medio del JaJa, hablábamos de películas de Clint Eastwood. Le comenté que me tomaba nota de una frase que dijo ella, a la que fui dándole vueltas y engordando cual recebo, hasta que allá por San Martín acabó convertida en “La Moneda Falsa”.

La disponibilidad de mi tiempo era un tema a resolver, pues suelo apuntarme a todo lo que se mueve, a menudo en detrimento de mis horas de sueño. Así que a la espera de ir cerrando alguna de esas puertas que sempiternamente mantengo abiertas, y tras haber terminado y registrado convenientemente el recebo, cogí aire, y el pasado doce de marzo de 2007 me sumerjí de nuevo en las aguas de la producción audiovisual.

El primer paso necesario para la puesta en marcha del proyecto es contratar a una productora que se encargue del área técnica y de parte de la producción ejecutiva. La elección me iba a resultar francamente fácil, pues tras su colaboración en ‘Debajo del ala’, Impacto Films se presenta como la alternativa más interesante, por experiencia, y medios, adecuados a mis expectativas y presupuesto, amén de la buena relación que mantenemos a nivel personal.

Así pues, recebo en forma de guión bajo el brazo, el lunes me persono en sus oficinas y, con mesa de por medio, le presento el proyecto a Francisco Javier Millán. Hablamos largo y tendido sobre la historia, las localizaciones, el posible reparto, los medios técnicos, la previsión de fechas, y por supuesto los costes derivados, y me vuelvo a casa con la sensación esa que te queda cuando te sacas el billete para las vacaciones, y piensas, “bueno, ya está hecho”.

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